Era una chica muy joven, traía una nota con varios títulos, entre ellos: «O barquete» (suena como a una especie de diminutivo cariñoso, en Gallego por lo del articulo «o» en vez de «el») Busco en la base de datos y no me sale ninguna respuesta.
-Prueba con v me dice la chica -lo hago. El resultado se repite: «no existen datos».
-¿No sabes quién es el autor? – le pregunto.
Busca en sus anotaciones y da con la respuesta: -Platón -me dice.
Anécdotas relacionadas:
0
¿E como non lle preguntaches si tiña idea do lugar onde íase celebrar o tal banquete, si era en Grecia o na carballeira de abaixo
O mellor iso poñiate na pista. 😆 😆
:kiss:
Ou me animaba a encher a tripa.
:dancefast:
¡que carcajada me he echado!… porque de El banquete a O barquete (que podría ser una novela del barco de Chanquete…)
¡que bueno!
mañana me dejarán El tiempo de entretelas (entre costuras) y me pondré con él, estoy deseando..
biquiños.
Sí, that’s really funny. Pero ¿no es una estupidez mayor exigir que lean este barquete, que es muy largo y difícil de contenido?
Pasa lo mismo con el Quijote. A veces parece que el profesor no lo haya leído tampoco, si no descubre, ni sabe que de los alumnos ninguno lo va a leer.
Aldabra ¡Que lo disfrutes!
:leer:
Ya me contarás.
:kiss:
cantueso, eso mismo me pregunto yo: ¿No sería más «rentable» obligar lecturas más amenas aunque recomienden otros que no lo son tanto para el que lee por obligación?
:hands:
[…] Por poco […]